Buscando hallar un pensamiento frío
nunca pude saber cuánto te quiero,
si me tienes en ellos prisionero,
encadenado al tiempo de extravío.
Moldeado fui por ti y aún sonrío
cuando sé a quien se lleva El barquero;
mas, aumenta mi amor así de austero
sin matar mi ilusión... por tu vacío.
Como ángel herido entre neblinas
de sueños terrenos, que me anulan,
nunca pude eludir mar de presagio.
Hoy, mis sombras de tardes mortecinas,
mensajeras calladas acumulan
por las costas del alma, mi naufragio.
Elisa en: "Don Anselmo"
Abr-10