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17/12/10

El que vuelve conoce

En la anodina simetría del disparate no sé de esta Fe mía si puedo elevarla al cuadrado, si tengo las pupilas acostumbradas a las visiones, a la profundidad de una elevación que me desgasta, al raciocinio que trasciende o si en la cotidiana  integración al medio, elevo mi estado de conciencia, aprisionándolo. No me disgusta el resultado, la desplegada energía, el hábito de la suplica, los silencios elocuentes,  la costumbre del cálculo, pero sobre todo el temor que me señala; así que mediante la estancia interior en soledad del hueso, me invitan las palabras cubriendo mi secreto para  entregarme a la sustancia del aire que consumo en átomos. La única vida posible a este lado del universo: Pensamiento, palabras y acción... ¿Pero dónde el amor? El verdadero, el real, el que trasciende y permanece habitándome y por el escribo esperando siempre una respuesta. Este amor no tiene cuerpo, sólo es alma que me eleva y transmuta cuando levita en su mandamiento.

Espacios ensordecidos a mis llamadas se duelen en interioridades, germinando en estos vacíos angustiosos que me absorben; aunque sepa que aún existe el grito desde el barro que me construye  a este lado del Universo, y que de sus compuestos minerales y proteínas tomé la forma de mi ser o la conciencia en mi ánimo para darme sus mensajes. El que vuelve conoce y sabe que hay un océano original  desde donde brota su sed, colmado lo traen los astros de su energía en mi movimiento, para su microcosmos. Que por las sombras de su interior busca la luz como lo harían las flores de girasol en la tierra. Del que vuelve se conoce y se tiembla como lo hiciste tú al mirarme sin poder explicarte lo que sentías.

Por momentos me pregunto si sigo en ella, en tu luz interior; si ese cielo que  me pretende se da cuenta que ya me tiene y me tuvo siempre, que aunque no se lo crea no estuvo en lo que se le brindaba, la comparecencia de la memoria permitida, porque yo lo quise ante la confusión de la carne. ¡Pero cómo aseverar que un  envoltorio vulgar que se nos pone delante, tan humano y necesitado, también está el germen de dioses que se busca en su primigenio embrión, queriendo tenerlo para sí dándolo todo!

Cuando observo los libros pienso que no tengo un libro escrito por mí, pero mientras miro el lomo de los que tengo delante soy capaz de adentrarme en ellos. Sé cómo se titula el mío, el que no existe. Reconozco a todos sus personajes sirviendo a múltiples situaciones que sólo se desarrollan acá  por culpa de sus sueños o de su imaginación, tomando nota de todo lo que ha sido, es y será porque todos los supuestos se repiten cambiando las escenas, los tiempos, nombres y situaciones. Que mis personajes alimentarán a otros con sus historias y que lo que yo escriba se repetirá de nuevo en el mundo, ¡cuando eres memoria del mundo!  Pues de nuevo se habrá creado mi mundo paralelo donde yo soy su protagonista principal, su eje, su centro y su dios. Sé también de sus gentes que lo habitan y cómo nacen más sueños en sus hogares, escapándose al atardecer a través del humo de las chimeneas, en energía de sus cerebros o desde las ventanas miran los más jóvenes,  la lejanía para seguir soñando y la imaginación recorre todos los caminos de la tierra para volver a caer en los mismos deseos; entonces puedo ver como se transforman sus pensamientos en cada uno de ellos y cómo en la vida en su hogar de reposo, en el de su descanso y el del sueño; como es como un aleteo de las aves recogiéndose.

No, no deseo que este universo mío depare tristezas a este mundo reducido a unas cuantas páginas y creado por mí, que debe cumplir su cometido y un efecto en el entorno que le espera, como la necesidad del infante que necesita la vida y succionando de los pechos de su madre, se llena del cálido alimento apretando su ávida boca hasta saciarse quedándose dormido, para soñar de nuevo. Así es esta ilusión  que trae el tiempo a hombres y mujeres, como los ladridos de los perros cuando pasan los campesinos de vuelta a sus hogares y esperan al amo. Todos esperamos un amo y le 'ladramos' a los que pasan o le oramos al que no y, hay quien se atreve a acariciarlos para que se tranquilicen. Muchos de nosotros los seres humanos desearíamos  en cualquier momento de la vida cambiarnos por ellos.

En los lomos de los libros se guardan pensamientos de sus autores, ellos dispusieron la vida  y su energía la dejaron en el mundo formando ideas y presumieron situaciones con ellas, por eso me huelen madera cortada, a dolor vegetal,  a tierra arada, al pan recién hecho, al queso recién cortado, al impulso del hombre sobre el lecho, me huele el placer de su sudor y su gemido, la unidad del ímpetu, la laxitud de los cuerpos satisfechos; sé todo el significado de la íntima embriaguez de las pequeñas muertes en 'el polvo divino'; del recogimiento que ejerce la vida en cada hogar; pero me sigo preguntando si en el hábito de hacer siempre lo mismo por una necesidad y una recompensa ¿hay amor o es este lo que esperan? Si todo eso a que se acostumbra la palpitación diaria, ¿es amor?

En el conocimiento que me sugiere estas eternas dudas en que navegan mis razones para dejar de soñar permanezco en el dolor de no ser, siendo esclava de mis pensamientos; por eso penetro en ti, amor  de encuentros,  para sacar mis notas al margen de mis páginas íntimas con la señal que se deja en gotas de lágrimas, porque soy un ser humano sensible lleno de dilemas cuando asiste a sus lecturas interiores, a la curvada espalda del tiempo sobre su vida, cuando sé perfectamente que sus relaciones con el mundo y lo que ha visto, no emergen sólo de mí en la imaginación del rapto y sí en la sospecha de quien sigue desposeyéndose de lo que tienta en lo terreno, algo que no entendiste. ¡Cómo explicarte que necesito de la Unidad de las renuncias cuando sabes de las pupilas expuestas a la luz de quien sí me veía, cómo borrar el vaho del cristal que me borraba tu imagen con el llanto, pero podría reconocerte  entre el tumulto.

Por todo esto que sabes y que digo, reviven mis cenizas y duele el pensamiento; sé que tienes el impulso de lamer las heridas de mis manos y postrarte como yo de rodillas ante lo imposible que nos separa.
Oh, mía es la fuente ajena que me da la nocturna tormenta interior con el relámpago que confunde, el rayo que estremece y el estallido de luz hacia mi ocaso; pero sabes quien ha de permanecer mientras se abre camino en ella por las cimas de los acantilados; sé lo difícil que es  aceptar todo esto pero no tanto cuando sabemos lo que hemos de decirle al padre a nuestra llegada, porque todos nos llevamos astillas de la cruz clavadas entre las uñas.

Elisa
2010

31/8/10

Gurruños (Dialogando con la Paciencia)

Hoy he sacado un buen puñado de versos que llevaba metido en mis bolsillos! Pero mis gaviotas han tomado otra dirección dejando de batir sus alas en este blog.Pero ha llegado una paloma a reemplazarlas. He pensado: ¿dónde van si nunca llegan? Quizá mañana vea pasar un jilguero y me regale un canto, o esta  paloma sea mensajera de buenas nuevas. Y, en lugar de versos siempre dejo mi hogaza recién horneada, habrá migas de pan tierno para    todas las aves que me visitan. Estaré sentada en el banco que mira al mar, a su ocaso, el que se quedó en mis retinas.


Sé que dentro de mí en el fondo de otros bolsillos no visibles, los del alma, tengo agarrados con mis puños muchos poemas para que no se escapen como tantas cosas que se llevan encima, dejándolas en cualquier lugar... ¡No, esta vez no será así, lo sé! Todas esas cosas, las que no queremos que se nos pierdan, les damos  mucho valor porque son muy nuestras, pero quizá no sea el que tienen para los mejores entendidos en este arte de hacer poemas y escribir. Hago lo que puedo. Pero es que mis sueños no tienen ganas de esperar nada más, que no sea eso de "dormir sobre  los propios laureles", no quiero engañarme, pero tampoco mentirme a estas alturas de mi vida. Para todos los que nos gusta escribir sabemos que se manosean las palabras, no así la originalidad cuando lo es y se sabe tener un estilo propio, viendo el mundo que nos rodea desde nuestro yo particular, pero enriqueciéndolo con el conocimiento y la creatividad personal, que nos empuja a garrapatear palabras continuamente y a disfrutar con lo que hacemos, siempre  y cuando no seamos tan majaderos y juzguemos todo lo que hacemos, dándolo por bueno. Siempre hay que estar mejorando todo, puliéndolo, quitando y poniendo para conseguir algo que vale la pena. 


Los sueños se acumulan en los bolsillos y no sabemos que, por su uso y falta de cambios, siempre utilizamos los mismos deseos, entonces estos empiezan a romperse cediendo a la gravedad del tiempo por presión, moral y psicológica. Cambiamos o el mundo nos obliga a ello e incluso lo que nos rodea más cercano, como también otra visión de las cosas que teníamos a favor y otras, que por lógica debemos guardar, aparcar o mantener en el estante más alto de nuestros recuerdos y hasta de imaginación, guardando la escalera para evitar tentaciones. ¡Es que no tenemos otro sitio donde guardar silencios! a mí me gustaría dejarlos bajo tapas encuadernadas, en estanterías visibles al alcance aunque estén llenas de polvo! Veo que se escapa su contenido a cualquier parte, huye la esperanza de los que no confían en todo lo que escriben. Apenas si se da cuenta del tiempo que ha estado a nuestro lado esperando pacientemente... ¿Y qué, a ver qué le dimos? ¡Nada! 


Así que es lógico que muchas cosas se lleven dentro de esos bolsillo, ajados y amarillentos de tiempo y con rabia, cogidos con los puños, del que sabe que camina hacia nadas en proceso involutivo de desventajas. Empezó tarde a creer que se sentía libre para hacer otras cosas y no es así. Y todo es porque todo alrededor de su realidad se convierte en negativo. Nadie cree en lo que hace, porque es una forma  de pasar "su tiempo, no aprovechando su vida en otras cosas más rentables a su propia satisfacción personal" Por ejemplo ¡vivir! Y sobre todo, que se libere de otras cargas moralmente susceptibles, de quienes por el temor de descubrir los rastros del tiempo, puedan implicar desventajas que no se desean. El cansancio es el primero y los métodos o hábitos ayudan a ello. ¡Hay que cambiar asegurando lo que resta!


Los gurruños lo saben porque son muy listos, pero oyen predicar y asientan con la memoria de sus garrapateos de buena gana, siguiendo  en lo suyo, llenándose de arrugas en sus palabras. Conocen que los cajones de sus desventajas están llenos ya de ellos, que por alguna razón allí siguen ocupando un lugar en el tiempo del dueño sin hacer nada importante, porque su camino es y será siempre eso en los últimos diez años. Cada día 'un amado gurruño' viene a la vida y se pone de cumpleaños esperando que se lo celebren... ¡Ja, pobre iluso! No  sabe que sólo bebe de su fuente lo que le dan de vida, mientras la nada le espera por el tragadero del halago en la red, un cuaderno de notas o cualquier soporte factible de ser parte de una inspiración cuando llega... 
Los gurruños no lo saben hasta que se llenan de garabatos de su autor ¡Pero ya no saben dónde meterse cuando ven los vacíos alrededor de su realidad y encima, les llega otro huésped tan contento, sacando a los  más pendejos fuera! El  alma, a veces, no está para  contar con ellos. Ella no soluciona los contenidos y le importa poco, que sean verdades o ilusiones colgadas del mundo...¡Hay tantas! Ella sólo está para valorar lo que aprende del mundo, evitando los mismos errores. Se prepara para  otro tránsito en óptimas condiciones de dar un servicio a la Vida, si la llaman, -¡que esa es otra, ni para qué les cuento!-. 


Y cansada el alma, se ha quedado esperando en el banco de la paciencia su último atardecer, el que le queda. Ella también  ha tomado su camino antes de tiempo, nunca acude al lado de 'su traje' o bata/ín que es el cuerpo de andar por casa. Se entiende, que esta casa desorganizada de nuestro incivilizado mundo, en el que nos toca aguantar de todo sin que nadie lo remedie; ¡porque todo dios es así, hasta que se enteren que Dios es Uno, pero siempre están mirando para lo alto y acá abajo, metiendo mano a su realidad pero sin arreglar nada, están convencidos de que el cielo los espera para ser de nuevo polvo estelar! (¡Quizá de huracán!)


Por todo esto que cuento, el alma huye cabizbaja mirando el suelo Eso me dijeron o leí hace poco, si es posible sin pisar su propia sombra, no sea que pise alguna mierda callejera que hay muchas de otras madrugadoras...  ¡Es lo que hay! Prefiere levitar con su energía para no seguir tropezando en lo mismo, o sentarse en el banco por acudir tarde a todo, cuando la dejaron su corto tiempo de asueto. Tal vez se pone en la cola del paro, de los desahuciados por la sociedad de consumo.


... ¿Ah, pero para qué sirve un alma que  abandona sin  respeto a su cuerpo, el que la ha llevado siempre y del que se ha servido? ¿Está enamorada acaso de... ése que dices, "el banco de la paciencia"? ¿Y, eso otro que se lleva en los bolsillos, tiene algún valor? ¿No te das cuenta de lo iluso que es andar por la vida sin esencia de vida, con los bolsillos rotos y llenos de basura? Otros, son más prácticos; los meten en cualquier cajón exclusivo para ello o práctico y ajeno, insisten, pagan por ello, 'les lavan y les planchan las arrugas' y los presentan acicalados a un evento, ¡por dios mija, para que disfruten y no se aburran como ostras o, en muchos casos, millones de ellos, son encerrados y se olvidan que sus dueños existieron! Que para lo que hay que vivir ver y callar, mejor no sufrir por mediocridades sin beneficio y menos creer en todo halago gratuito, ¡a esto le llamo yo, sentido práctico, amiguina!


 -Claro, ya lo sé, no soy tonta, pero una está enamorada de una quimera, digamos que se alimenta de ella eso es obvio y no del banco, allí donde pretende el alma liberarse del cuerpo, pero no de lo que tiene enfrente de sus ojos y, hasta al lado..., según mire..., ¡su mar de poemas que sólo brilla cuando los hace, luego, son estrellas que se apagan en la lejanía! Pues, contribuye a dar luz al que busca 'gamusinos' con nocturnidad y alevosía, por un campo ajeno porque faltan farolillos de iluminación y se le olvida la cantimplora del agua, cuando en esto es obligado llevarla llena, si no halla 'el grifo' de su propia fuente. 


Claro que estoy enamorada de lo que hago. La poesía, el tiempo que aún le queda a su favor, el mío, lo que puedo hacer más con el, pues aún se tienen  facultades en óptimas condiciones, me lo debo -¿no te parece? Si no pinto nada en esto aunque sí sé pintar y eso también me entretiene. ¿Coser? sí, los bolsillos de los gurruños y no se me da mal, así llegan todos abajo por el peso a lo largo de la pernera. Cantar no, pero sí  recitar mis propios poemas


...¡Qué te voy a decir  que ya no sepas! Valor literario en lo que hago pues no sé, sólo gusta porque te entretiene hacer, aparte de relajar y dar endorfinas supliendo algún vacío, supongo que de tipo espiritual que no se ha podido tener lleno o , se dejó a medias, pues, también pierdes tiempo que no se concede al movimiento del esqueleto, ¡allí con el culo en el asiento!
El tiempo que nos concedemos es un favor que agradece no sólo espiritual , también tu realidad física -¡No te me pongas fondona porque a las viejas no les luce el trasero gordo  y las neuronas necesitan aire!- 


Mira, cuando no nos entienden es porque no han reparado en nosotros lo suficiente. Apenas te han conocido, sólo han visto cómo les has servido, lo que has enseñado tímidamente de tu realidad, lo que te han dejado que hagas a medida que te has ido abriendo como abanico... Pero de improviso has movido el abanico por falta de aire fresco ¡y es allí donde no les ha gustado lo que les llega! ¿No ves que empiezan a tomar conciencia de que tanto que se decía sólo lo escuchaban, pero no lo oían? Yo les entiendo, mujer. Ahora ya les preocupas, porque no quieren que te apoltrones en tus cosas y te agotes, no pudiendo ellos remediarlo. Además no generas dinero, ¡eso sí que les gustaría. Es lo que mola un montón. Al menos sé a quien... Son todos unos egoístas e interesados. Todos. Así que échales el vientecillo a la cara y no te preocupes, que es de lo que respiras porque antes, otra cosa no te dejaron hacer a gusto.


 Todo cuanto concede la existencia individualmente es tuyo. Pero todo lo tuyo es compatible y compartible con lo suyo, cuando te lo concede la vida no te entienden, porque aún le debes  vida a otras, pero no caen en cuenta que es la tuya la que  te la demanda a su manera, la única que te llena y donde has aprendido a sentirte mejor, aún rodeada de negatividad e incomprensiones. Por eso siguen insistiendo que debes cambiar. 


-O sea que a algunos les gusta mejor la actividad doméstica y descerebrada, incluso la de catequista en la iglesia; y las chorradas cotidianas tan complacientes. Porque así el tiempo para  cumplir con la rutina de lo que se espera en la lógica de algún ser básico...¿no?



...Calla, no te alteres que te sale el feminismo. Creo que estás inmensamente cansada y cuando has cogido 'este sueño' en el que tus neuronas, muy capaces por cierto te entretienen, ellas no saben que gastas memoria útil en 'nadas', pues las pobres hartas de trabajar le dicen al cuerpo que necesita moverse... ¡Actividad física sin pensamiento! porque también quieren un descanso merecido, relajado; entiéndelo por ese lado. Y, el cuerpo como lo sabe a ratos parece que también se agota al verse desatendido, necesita que fluya a su cerebro la sangre y lo llene por todas partes de alegría y para estar ágil... ¡Sentir y sentirse de forma real, que ya está bien de espiritualidad que debes equilibrarlo todo! No se ilusiona aunque esté siempre estimulado y lleno de ideas. Creo que enfermó por culpa del amor que le puso a... a... sus cosas, si tú quisieras, le echarías una mano al conjunto, es decir, tu todo único, ¡venga!


-¡Debo confiar ahora en ti, veo que es razonable lo que me cuentas y aconsejas! 


... Lo hago por tu bien. Pero te aseguro que también me canso tarde o temprano. A la gente se le acaba la ilusión de tenerme, a su lado, dejan de hacer proyectos y echan a la vida de su lado, enferman, esperan  la muerte y con ella me voy de la de todos. Pues fui lo único que les quedaba hasta el final. Tengo fama de ser lo que soy en los sueños de cada cual, hasta que se cumplen. Soy un ser positivo, tengo demasiada virtud y orgullosa estoy de mi estirpe desde la cuna, ese es el verdadero glamour que me acompaña, porque soy privilegiada y no puedo echar por la borda mis proyectos de ayudar, a los que creen verdaderamente en mí. Es mi  cometido con la naturaleza espiritual de los que razonan con sentido común, los seres humanos equilibrados y prácticos, ellos sí me saben utilizar aunque no cuenten conmigo, luchan y me tienen sólo como  parte de un bien necesario, cuando  echan sus campanas a vuelo para hablar de sus éxitos o de lo bien que les salieron sus cosas. Entonces me nombran delante de los demás y les hacen creen que confiaban en mí, esa es mi fama. Pero no les cuentan de sus luchas en el mayor de los casos, ¿para qué? si todo está hecho y son felices con el resultado. Así que por eso cojo fama y todos a confiar.


 - Sí, pero ya menos aunque confío en ti, cuando aún me acompañan otras motivaciones. Mi estrecha relación con la luna, pongo por caso, mi fiel luminaria siempre allí cada mes cumpliendo con su ciclos y su labor, alterando el mar pero ella sigue tan campante iluminando el espacio como si nada acá pasara a quien la quiere, ¡Y todos jodidos por su influjo!


... Bueno, muchos entendidos así lo piensan... Que la vida se originó en los océanos, que las mareas  son provocadas por la acción gravitatoria de ella y hablan del eje de rotación de nuestro planeta, pues ella lo equilibra y más cosas que tienen que ver con la vida. Será otra virtud más que llena sus vidas, el conocimiento de su mundo. Pero, te digo esto, sí, amiguina, ¡aja! la luna. ¿Hablas de la misma la de "Don Anselmo, no"? Como tú la nombras ¿y tiene que ver con tus sentimientos cuando escribes, no? ... Pienso, que hay algo más que no nos cuentas de lo que ella te sugiere, pues es como un motivo oculto, hermético de tu vida particular, muy importante mientras ella 'brille' lejana, pero cercana a tu espíritu de energía creadora, como dices, de forma significativa en tu vida, dándote poemas. Sobre todo es  parte de tus interioridades que  te han dado tanto, donde es  protagonista ese tu personaje, un eterno enamorado de ella, como de "su rana azul" mascota apreciada por 'el Viejales'... ¿Debe ser septuagenario el tipo, no? 

- Oye, creo que no te contesto porque todo lo has dicho. Además, la edad no se pregunta es una grosería. Te cuento so curiosa:


 - La Vida siempre sorprende con sus agujeros y gurruños metidos en  los bolsillos -como te comentaba,- como todo lo que ilusiona a quien no tuvo la suerte de ver un atajo en su realidad, una brecha en un cielo como quiere, sino, como otros quieren que sea ese paso, tu paso por la vida, entonces nuestra alma huye  cada dos por tres y se sienta en el banco que te digo. Es la manera de sentirse esa vida diferente, cómoda, segura de tener lo que sí soñaron a su lado. Pues ella, la Vida, en los que no están de acuerdo, se los ha proporcionado, pero demuestran en sus vidas ser unos perfectos egoístas, por eso los que la tienen sana, feliz y acomodada,  proceden a la crítica fácil o, hacer su  papel protector pero protegiéndose a sí mismos, ¡no sueltan una! y los que protegidos batallan con su protector moral o físico, entonces sacan sus recursos a flote, otro montón de gurruños que llevaban por todos lados sin acomodarlos en ningún sitio, encontrando más seguro dejarlos en el ajeno. Presienten que es la hora de romper ciertas cosas que les ata físicamente, utilizando un disfraz de circunstancias,  haciendo responsables de sus desconsuelos al que han cargado de sus propias esperanzas... ¡de ti! Sí, tú les ayudas también. Pero su víctima busca en sus recursos algo que ponerse, lo que le queda que no es mucho para su dignidad espiritual, encontrando en su baúl de recuerdos cualquier mecha o harapo y se disfrazan de los que le deja el mundo, sueños que se deshilachan hacia ninguna parte, motivos que se chocan contra sus cuatro paredes y cogen su escudilla vacía y ocurre algo mágico, cuando piden por las esquinas del bosque hechizado donde otras realidades "no les dejaba ver su bosque" el que  no se atrevían a cruzar por dentro de sí mismos, creían que no había nada al  otro lado, porque siempre les decían que abrieran los ojos a lo que tenían delante, pero no dentro de sí mismos donde pisaban el oro de sus sueños; entonces, se hallan llenos de sorpresas y van llenando su escudilla vacía. Por lo tanto, su alma que por fin se da cuenta que sí la escucharon, se toma su descanso y espera, confundida, agotada, inquieta por el resultado, pero les deja con lo que ya han descubierto y les  acompaña: "el espíritu de la creatividad. Así solos van encontrando lo que se habían dejado colgado en las ramas de los árboles, de ese bosque interior que nunca habían visita; descubren otra luz diferente, otro aire y otro tiempo que les esperaba y, en las esquinas del bosque hay un corro de duendes esperándoles para  acompañarles a las orillas de los ríos, donde les presentas a las Ninfas del bosque, ellas son las que saben de lo que han escondido dentro de las fuentes. 


-Después de un tiempo cuando este pasa, aún sin haber visitado su bosque interior del todo, pues hay mucho por ver y experimentar, sienten que es inútil seguir, que su tiempo no era el adecuado, porque los años les vigilaban detrás de los límites de su infinita paciencia, cuando 'soltaron amarras'... El alma lo sabe pero confía en su sustituto, el espíritu creativo; hasta que éste  les va dando pruebas del rigor con el que actúa, y en un descuido por excederse les corta radicalmente el entusiasmo, han cometido un error en cualquier lado de su camino, falta luz en el bosque, la luna no ilumina como antes, no regala poemas, no escribe alegrías, les cuenta penas. Y su culpabilidad la toman para sí y su dolor lo arrastran cambiando todo su entusiasmo, el que les liberaba de estar atados al mundo, sueltan sus hilos a los que se asían; entonces es cuando van llenando su escudilla de temores razonables, a cambio de agotamiento físico por lo que hacen, ¡ya no hay manera de coser a su tiempo los bolsillos, a su realidad cuando pasa! aunque se empeñen en buscar fórmulas para sobrevivir al desánimo se van acostumbrándose a lo que tienen: ¡Gurruños! 


-Creyeron ser felices a su manera, con tal de sentirse favorecidos por su imaginación, pero no les responde el resto de su cuerpo. El amor que sienten es aroma en el aire que respiran, un amor verdadero, escrito sobre esos gurruños de sueños, que sólo están dentro y no fuera de su tiempo, porque cuando pudieron hallarle  se asustaron ante lo impensable, lo confundieron con 'un trol', por ser imposible. Y, utilizando un hechizo que sabían que le gustaba al viento bonancible, se lo dieron a beber, porque también estaba sutilmente disfrazado de ganas de saber y como no pueden resistir, le dio por soplar y soplando, lo esparcieron por todos lados muerto de la risa incontenible. Entonces, el Amor huyó despavorido y desconfiado, evitó ser parte del rumor del viento que se lo lleva todo. Se lo guardo en sí mismo.


... ¡No me digas! Así que los que tenéis "alma de poeta" sois  unos majaderos soñadores y sobre todo, lunáticos, bocazas e ingenuos, ¡por estar a millones de años luz de un pedrusco iluminado por el sol! Por eso no sentís la vida con plenitud como deseáis. Todo se queda en el contenido de una linda prosa o un poema, que no va más allá de su significado simbólico, pero eso sí, sentido con el alma que no lo dudo, afirmado con el corazón convirtiéndole en depósito legal, aval eterno de lo que se prometen así mismos amar... ¡No me extraña que el viento se inflara a reír!  si es que ella, la luna u otro objeto de veneración místico, incluso, es un poco así de hechizante, tal como es para las almas que lo buscan y se presenta, porque desearían percibirlo físicamente; porque aún sueñan Amor romántico..., sensiblerías poco prácticas del que dices y tan  tiernas como el pan recién hecho, pensando que está lleno de polen de una rosa y ¡ea, a chupar como un insecto! Pero, mujer,  el amor es como un chucho callejero o un minino abandonado, que alguna vez sin buscarle se acomoda al lado, moviendo su rabillo o ronroneando y pidiendo caricias.. ¡Pero lo tocas!
...


-¡Cuánto sabes, pero no te creas que eso es así tan fácil! Se ve que no  has perdido el tiempo, Esperancita, tienes experiencia. Pero no me sirves de nada  si no ayudas.


... Esa que dices, la que se implica en tus sueños y deseos, por nada del mundo yo la aguantaría, para asumir lo que tú me explicas que sientes y piensas, dándolo por sensato y por bueno. Además  hace tiempo me abandonó, siendo yo ella misma su motivo de estar en la suya, no quiso estar a mi lado. Hasta el gato se escapó por la ventana de los imposibles, cuando se subió a mi regazo e intenté acariciarle. ¡Pobre minino, buscaba calor humano, no me extraña ¡si estaba yerta, vacía, sin tiempo, sin nada que darle a un pobre animal, ¿esperanza? Pero a pesar de todo seguí porque... ¡buena la hago  si me quito de en medio por todos los que me necesitan! El mundo es cruel con las virtudes buenas. ¿Te das cuenta? Así es el verdadero amor cuando lo consigues y tienes. El no dura y se larga si no le das verdadero calor y seguridad y, sus advertencias, son muy serias cuando te las hace, porque no quiere arriesgar; no las puedes utilizar para que te odie y se olvide de ti, porque te estás engañando a ti misma. Si el soplón del viento le da por enterarse mira la que arma. El no nos levanta la moral ni con huracanes si no somos dignos de su confianza, por eso espera a que fallemos, demostrando que no éramos dignos de confianza y lo soplan, lo pregonan. Sólo se avergüenza de que fuésemos tan ilusos y torpes perdiendo la razón por amor de las estrellas y, encima lo perdamos también de vista. El dolor que causa si es perdonable no olvida, se aja, se marchita, se convierte en pasado. Cada vez que echan la campana de su corazón al vuelo, se retraen y saben que todo lo que les eriza la piel , puede ser un peligro, es como una luz roja encendida, ya no confían en los otros seres humanos; así que recurren a lo seguro aunque, el peligro, ni se entera de lo que les pasa, asumiendo sólo un ronroneo de gato o un movimiento de rabo como un chucho contento. Han aprendido a soportar la ansiedad y se cuelgan por fuera de las ventanas de sus ojos, sólo miran la distancia que hay entre sus deseos y el asfalto de la calle, dejando que sus lágrimas caigan, pues es lo único que tienen para lanzar al suicidio. Allí las encuentras a la mañana siguiente y no veas el susto que se pegan las sombras, cuando apenas se quitaban las legañas de nocturnidad. ¡Estos llantos de soñadores son unos suicidas, no se dan cuenta de lo que hacen con ellos cuando se puede resbalar la gente que pasa! Pero la esperanza, oye amiguina, se la cuestiona como la fe.


- Es verdad, el amor es como un beso de agua cuando tenemos sed y sólo hay una gota para humedecer los labios, una insignificante gota salada para una garganta seca que nos quema, una gota que es como el roce de otra boca. Como un recuerdo ardiendo en la distancia o el abrazo de la Vida cuando se está muriendo por falta de ella, necesitada de... ¡Agua y aire! 


...Sí, te creo, es algo intangible como soñar despiertos, un puñado de muchos hechos reales que se disuelven en la cotidianidad de nadas, y cada día son como purgante para dejar de soñar; pero no calman si no hay ternura. Es que la rutina es el mal de cada tiempo en lo seres respetuosos, es necesidad por cumplir las normas y pasar por el mundo sin dejar un mal rastro. Sin poder alcanzar otra oportunidad, se resignan, porque creen que es la que les corresponde por derecho, y no la que en el fondo desearían tener por mandato divino, quieren unos momentos para mirarla cara  a cara conociéndola de una vez, y que  reconozca también que se ha equivocado... ¡Que no es tan así como se piensa!


Es eso lo que apretujan dentro de los bolsillos muchos seres humanos, frustraciones. ¡Nadas! ¡Pues sólo se llevan para sus sueños sus ganas de sentirse vivos y lo escriben en esos gurruños de esperanzas, porque creen en mí, ¡yo, su Esperanza!, cuando no puedo brindar otra cosa más segura a sus vidas. Les engaño hasta que mueren ¿no te das cuenta? ¡Lo peor del asunto es que lo sé, porque así se me ha aconsejado, dándoles largas a sus proyectos o los sueños de la gran mayoría! ¿Cómo contrariar los designios del azar o la casualidad siendo lo que eres y esperan de ti! Soy el fruto del deseo de la humanidad, estoy en los labios de todos constantemente, sólo parte de una teoría, mera casualidad entre millones que piden algo parecido; una virtud en la que se empecinan las almas de los vivos, pero no les doy a todos lo que piden. No puedo hacer nada aunque me enseñen 'el número de su esfuerzo' aún no premiado. Porque, por encima de vuestra ilusa manifestación de fe hay otras probabilidades, que sabes bien no nos pertenecen, no las dominamos por si solas, porque soy sólo una palabra que se da para mantener unas expectativas, sólo eso, una palabra "para seguir tirando"


-En suma, tú no haces milagros, porque contigo sola no basta si se pegan a ti, tampoco no se va a buscar lo que falta y no se trabaja por ello, no se va a los imposible para pelearse con las contrariedades; eso no es bueno para  tu fama de virtuosa, porque no eres tú la que haces el milagro, claro, es quien se lo gana y le pone tu etiqueta de satisfacción. Son los hechos y sus resultados los que sí nos devuelven la fe, al pensar que por alguna razón, has sido capaz de mantener el fuego de la constancia, que todo cuanto hagamos y se haga, será el resultado de una lucha diaria por mejorar o mantener lo que hemos conseguido, ¡porque se ha alimentado con las propias ganas de no quedarse  con los brazos cruzados porque te tiene a ti, tú por sí sola no eres nada, sólo 'una palabra virtuosa', una utopía para el que se contenta sin hacer nada y encima, espera de la Vida todo! por eso prefieren robar, matar,  engañar, y tomar protagonismo a la brava, sin importarles el daño que hacen. Ya lo sabemos, pero no se educa para que tú seas comodín solamente del futuro en cada ser humano. Faltan más contenidos en todos para  la armonía de los resultados, así que individualmente hay que tener 'luces' y trabajar por ello sin dañar a otros o servirse del cuento para salir adelante como sea.


...¡Sí, no me extraña que estéis muertos de asco y llenos de problemas, en el fondo os entiendo a todos! Quienes confiaron en mí sin hacer nada y creían que era milagrosa, por estar en sus pensamientos, pues los he puteado siempre miserablemente. Y no sólo mi silencio es cobarde, pues tienen miedo de enfrentarse a su realidad y echan suertes, esperando de nuevo el milagro en sus vidas, pero sin mover el sentimiento y el cuerpo, exteriorizándolo, que es el que llama al Amor.


- ¡Y dejas que se contenten con sus harapos de sueños en sus bolsillos rotos! Mira, eso es morirse, no poder sentirse vivos nunca, ¡sí muriéndose sin ti, porque muchos sí luchan por conseguir algo positivo, pero tú no tienes tiempo en el tiempo de cada uno porque se cumplan sus deseos!


... Sentirse vivos, dices y...¿qué es la vida si no eso, ah? ¡Pero si a mí me dejan sola manejar los sueños dentro de vuestra manos, antes de que muráis, para eso estoy como virtud, soy el invento del pensamiento humano, el inteligente que  así me razonó y lo dispuso y puso en boca de todo dios, de todos. ¿Es necesario que se llegue al final empujado por mí y por la Fe y otras cosas? Si no fuese así nadie llegaba a colmar sus años de conocimiento o  'sabiduría',  que son los que le interesan. Si así lo desea. Porque, tiempo tiene para  aprender las cosas suficientes que le ha encomendado su propio sentido común, no yo, ¿no te has dado cuenta? ¿por qué se me culpas a mí de sus malas lecturas de pensamiento y locuras, su falta de decisión  o insensatez tan humana, si sois seres con raciocinio para el bien y el mal vuestro?  ¡Nadie se iría consciente de lo hecho, o contento del todo si no hubiese experimentado lo que le ha tocado vivir, pues lo que tiene dentro, es lo que necesitaba aprender y saber, no más; la vejez trae eso y resignación. Y si no da para más su propia existencia, es porque así está escrito y lo firmó antes de llegar, o se cargó al 'mensajero'. ¡Esto del vivir, amiguina, es un juego!


- ¿Sabes qué así como lo pintas, no sacaremos más que un pañuelo para secar  lágrimas, si es que aún se está vivo para extraerlo entre los gurruños, sin que caigan todos por el camino. ¿No se saca otra cosa de lo que ya no es, no? ¡Todo se queda aquí en el mundo! ¡Riqueza y pobreza, sueños, verdades y mentiras, leyendas y ficción, poesía, lo que sea e incluso el cuento que nos contaron a diario y nos contamos cada día para entretenernos mientras se abandona el mundo. Pues la Vida es la gran inductora de estar acá, la culpable, no solamente tú, la que solamente regala sueños como dices.


...Mira, cambiemos de conversación. Hoy supe de la felicidad ajena y me alegré por ello. La luna era feliz, se había desenredado de sus nubarrones que no la dejaban mirar ni por dónde iba. Me lo contó, bueno, lo que puede porque ya no confía tanto. Me decía que su esperanza se vio favorecida. Ves, algo bueno hago para algunos pocos cuando me nombran.


- Lo sé... Te lo creo y seguro que su alegría comunicaba paz, pero no pude abrazarla, porque estaba demasiado distante. Ella, la misma luna me lo dijo. Todo lo intuye y por percepción lo sabe desde su atalaya.
 ¡Pero olvídate de mis palabras de mujer mayor y sensible, pues he aprendido a ver a ésa de la que hablamos, la Vida, a mirar  desde muchos ángulos, porque  sólo así sé de cada vórtice en las cosas que se aman y cómo enfrentarme a ellas, por eso hablo como escribo, y si es una sola cosa la conseguida, pues ya es algo aunque no se reciba lo mismo de la misma forma ¿no te parece? Pero veo que se escapa por los rotos, se escapa en los otros honestos seres que caminan y yo también, con todos esos gurruños sin abrir en los bolsillos, ¡ya no puedes hacer nada!


... ¿Qué me dices, tú debes estar enamorada, ya te digo, ¿de eso hablas? ¿Has conocido el verdadero Amor? ¡Pues vaya lo que escribes, me pone colorada de 'esperanza'! ¡Pues date con un canto en los dientes aunque renuncies a las utopías y te maten las frustraciones como a mí, es que me dan pena mis semejantes, tengo respeto pero no puedo hacer mucho, se lo doy todo a la Fe! Eso es lo que me hace siempre nueva en sus vidas cuando me conocen y me piensan cuando oran.


-Vaya, qué majadería dices, si quien es mayor que yo eres tú desde que el hombre empezó a pensar  confiado en ti, por ser lo que eres, una Esperanza, pero mayormente incierta y vana como puede ser otra, mira a la Paz, la igualdad y la concordia entre los seres humanos. ¿Por casualidad no te apellidas 'Utopía'?


... No olvides ni ofendas, porque te creas que ya no me necesitas, quién quita que sea "lo último que se pierde...". Creo que te falta confianza en ti misma, autoestima, mujer, autoestima, vas perdiendo muchas cosas en las que creías.


- Lo sé, pero eso es lo de menos, al fin de cuentas el sentido común me acompaña a mí por experiencia y tú, sólo eres entre otros la Casualidad, en mi realidad simbólica, otro problema  o enigma a resolver. Tanto, como mi amigo el silencio que siempre merodea y me lee lo que escribo, pero no opina, no dice nada, nunca se implica porque el viento soplón le vigila. Seguro. ¡Cómo no se te va a escapar todo de tu control, pues como a mí, ¡hasta el gato!


...¡Mira, allí viene Confianza y se lo preguntas. Es mi mejor amiga!


-¡Ja, no me hagas reír, mira con quien viene, no me extraña que estés congelada y no des nada a cambio y yo, aún pensando yo que tenía una amiga y....¡Mira, mejor te dejo con esos dos!


... ¿Ahora te vas y me dejas o, soy yo la que te pierdo de vista? 


-No, no me pierdes de vista, por lo menos has cumplido con tus objetivos, darme esperanza casi hasta el final, algo es algo. Intentaré seguir, sí seguir por lo que significa en la realidad individual. ¡Pero no me falles más, carajo!


...


(Acercándose por la imaginación, vienen del brazo el Desconsuelo y la Confianza, cosa rara es verles juntos, pero es que la segunda va enamorándolo. ¿Lo conseguirá?)




Elisa
2010

20/6/10

¡Siempre acude!


Flor de Los Alpes: La Edelweiss

M
e despertó la ansiedad mientras dormía y me convidó el silencio a mi lado. No pude dejarles, eran persuasivos y entre una bruma de pensamientos, apareció ese otro que nunca falta a la cita... ¡Allí estaba como siempre, tan ufano y contento, sonreía!

No era para despreciarle a ese acompañante de mis noches en vela, que suele mimarme a menudo dándome todo tipo de alegrías, con su ternura sin que yo le pida nada a cambio. Acude a la cita para hacerme sentir mejor y así, entre sus brazos, me calmo y poco a poco sus caricias consiguen que el sueño acuda y me tranquilice. Nunca le pregunto nada, ni el por qué está allí dentro de mi mente o, por qué viene y me acompaña. Es 'un tipo' increíble y siempre se mantiene al lado del silencio y la ansiedad, si no fuese porque se hace sentir... diría que no es..., que no existe, que me lo invento,  pero sí, es como el aire y la necesidad de respirarle... ¿Pensará el lo mismo que yo? ¿Necesitará tanto de mí? ¡Son tantos los seres que lo solicitan que no sé cómo puede estar en todas partes a la vez!

A veces no entiendo cómo es que sabe de mí... cuando lo quiero tener conmigo y a mi lado, sin más aparece como un milagro en medio de mis ideas sin ilusión ninguna, abriéndose paso presuroso, consolidando su firme posición en mi interior para que tenga fe y, haciéndose un hueco entre ellas en el lugar que le pertenece... ¡el suyo, mi corazón! El, es el habitante de mi pecho que me llena toda. Es fuerte, orgulloso, temerario y sobre todo arriesgado e único; no hay otro que me dé tantas satisfacciones y es que, tenerle a mi lado en momentos de soledad, puede dar tanto, que al final de tanto como da me duermo entre sus brazos. Así es siempre. Sólo recuerdo que mientras se ocupa de mi corazón y de mi mente, me baña de su su luz e induce de nuevo al sueño reparador, dándome la seguridad que necesito, por eso le agradezco siempre su visita, que aparezca cuando menos lo espero. Se ha hecho habitual en mi realidad y, el, es un especial Sentimiento de Amor. Ese es su nombre con 'apellido': Sentimiento de AMOR, muy recomendable para almas solitarias. 



Elisa.
4-08

10/5/10

El rosal de la anciana

Dicen que un rosal a punto de morir, escuchó desde el jardín, la música que salía a través de una ventana, expandiéndose por toda la casa, donde el se hallaba sembrado muy cerca . Era su cuidadora quien tocaba para el. Lo sabía cuando en otras ocasiones había estado enfermo; el era tan viejo como ella y sabía por qué lo cuidaba tanto. La noche anterior, antes de despedirse y prodigarle algunas caricias, se lo había dicho a su oído dándole un beso, que estaría muy temprano tocando al piano algo para el. Esperó toda la noche ilusionado, se muy viejo enfermo, pero esperó a que su dueña le dedicase uno de sus ratos.  


Ella había pasado toda la semana intranquila y preocupada, limpiándolo, quitándole los insectos que le habían invadido, con un preparado para que no entorpecieran sus tallos, hojas y cogollos, pues estaba a punto de florecer de nuevo esa primavera, y los invasores le tenían acribillado. ¡Ya no era el de antes y sus defensas eran pocas, pero resistiría por ella, por su dueña y le daría lo que espera. Tampoco ella estaba bien. Su anciana dueña le removió la tierra del alcorque y lo abonó regándolo de nuevo. Eso le hizo sentirse mejor y sobre todo cuando le hablaba. Ambos se amaban.


 -El rosal había sido un regalo de su esposo que había muerto un año antes. Tenía tantos años como ellos estuvieron juntos y alguno más.  La anciana estuvo casi toda la mañana y por la tarde tocando el piano, hasta que anocheció. Ella sabía que  a las plantas les gustaba la música y su rosal se lo iba a agradecer. Ambos se entendían y ella notaba su mejoría, volviendo a florecer en primavera.


Al siguiente día el rosal empezó a abrir sus botones. Se le veía alegre y feliz. Estaba liberado de los insectos depredadores. Pero la anciana no aparecía por el jardín. Se preocupó porque nunca había pasado tal cosa y se impacientó, al no ver a su dueña visitar el jardín. Tampoco escuchaba la música del piano. Pasaron tres días y el rosal empezó a sentir necesidad de agua, porque el tórrido sol le daba de lleno.  Algo pasaba en la casa que la planta tan sensible  no entendía, pues conocía a su dueña y siempre le contaba cuando salía para que el supiese que se quedaba solo por un rato; así que volvió a sentirse triste pero esta vez era diferente. El alma del rosal ya sabía qué el también tenía que despedirse, que ella no volvería.


Sintió que alguien llegaba a la casa, estaba mustió pero aún escuchaba, esperó creyendo que ella vendría. Luego llegó más a la casa y al poco rato escuchó llantos. Eso le confirmó lo que estaba pensando: ¡Ella ya no estaba! Se sintieron más llantos dentro de la casa y unas horas después, una nieta de la anciana se acercó al rosal llorando. Traía una nota en una mano y una regadera llena de agua en la otra. Se guardó con cuidado la nota dentro de un bolsillo y, sin dejar de llorar, se puso a regar el rosal. Éste comprendió todo lo ocurrido y respiró hondo. 


-Al otro día sus nuevas rosas rojas se abrieron llenas de perfume. Aunque debilitado por la tristeza, les dio todo el vigor que necesitaban y esperó... La nieta de la anciana se acercó de nuevo al rosal al siguiente día. Llevaba una tijera y cortando doce rosas, las últimas junto a otros botones, se las llevó a la casa, las colocó dentro del féretro antes de que se los llevaran. 


...
La anciana antes de morir, había dejado una nota encima del piano que ponía:  "Las rosas rojas del rosal que está al lado de esta ventana, deben ser cortadas y las dejan por favor dentro de mi féretro, son las únicas rosas que me regalará mi esposo antes de volver a su lado. Por favor riéguenlo el día antes de mi entierro, el rosal sabe lo que tiene que hacer, no lo olviden , es mi última voluntad." 


Al lado, en el atril del piano, estaba la partitura del Vals de las flores. El rosal ya no fue regado más. Se olvidaron no sólo de el, sino también del jardín que cuidaba la anciana.




ELisa Lattke
may/10

El Museo de las Rosas

5/5/10

DIÁLOGO SORDO



by A. Elisa Lattke V. on Wed Apr 23, 2008 6:45


Ya sé que te hablo todos los días y que puede ser molesto repetirse, pero te necesito más que nunca y sé que no puedes interrumpirme este diálogo sordo. Además por estos lugares no hay con quien hablar, la gente va a lo suyo y tú y yo estamos juntos para hacernos compañía. Supongo que habrás visto las flores que me ha dado tu hermana para ti, las he dejado en esa vieja frasca de plata y cristal que nos dio Irma, mi cuñada, cuando nos casamos, ya sabes, la novia de mi hermano Vicente, ya los dos no están... Sí, fue otro dolor que nos deparó la casualidad en uno de sus viajes de fin de semana.
¡Míralas, son muy bellas las dalias, creo que allí lucen perfectas! Sabemos como son estos lugares, necesitas rodearte de alegría y, además te he traído un libro, sé que te gustará que te lo empiece a leer mañana, así tú no te aburrirás tanto. Se titula “Ramsés el hijo de la luz”, te va a gustar; en realidad quiero que lo termines de leer, te lo has dejado empezado, me percaté de ello cuando hacía limpieza y lo tenías al lado de la mecedora en la terraza; he leído un poco durante el camino en el autobús y parece interesante, pero también me gustaría leerte algo diferente. Pero antes, eso sí, me sentaré aquí a tu lado por un rato así podré tener tus manos entre las mías... y sobre todo pensar un poco, porque en ello ando siempre... ¿Sabes?... ayer escribía esto que traigo para darle un repaso mientras te lo leo, son esas cuartillas a modo de prueba para ver como sigo y termino de una vez esa novela que empecé, la que leías con entusiasmo antes de enfermar, pero entonces hablaba de otras cosas en ella y tuve que ir cambiando el argumento a medida que tú no respondías... El editor me afana y sabe que ya no tengo el tiempo que necesitaba, porque tú eres ahora lo más importante para mí aparte de nuestro hijo y su familia, pero no te puedo dejar tanto tiempo solo, me necesitas, quiero que no me olvides y cuando algunas veces me sonríes y me miras, me hace tanta ilusión que creo que aún puede haber algún milagro; pero hace una semana permaneces ajeno a mi presencia y no dejo de pensar en ello y en lo que será de mí cuando tú no estés. Tampoco quiero pensar que no escuchas, que no me entiendes, que no estás completamente alejado de este mundo si cuando te observo no lo parece del todo. Tal vez como tú me advertías en un antes eso que decías que podría ocurrirte... Y cuando me despertaba y no te veía a mi lado corría escaleras abajo para saber dónde estabas. Te encontraba sentado en uno de los escalones de la entrada, mirando fijamente el árbol donde tantas veces nos quedábamos viendo a nuestro hijo jugar. Me hacía a tu lado para ampararme con tu cuerpo de la fresca mañana y alguna de esas veces, sin mirarme, me hablaste como en un susurro pero entendí lo que decías: “Si me ves ausente no te hagas ilusiones, es la bruma que ha segado mis pensamientos”. La obsesión de desaparecer de tu conciencia te embargaba y apenas dormías.
Te leeré un poco lo que te digo que he escrito esta pasada noche hasta que me entró el sueño, quedándome dormida en el sofá de la biblioteca, siempre me pasa pero ya no estás tú para despertarme o llevarme cargada a la cama como una niña... ¡Eras fuerte! Ya sé que no podrás opinar nada pero al menos me hace ilusión que sientas los sonidos de mi voz hasta que termine, te quiero y sueño con ver que vuelves a mirarme como otras veces y me sonríes, no me resigno... ¿Recuerdas donde habíamos dejado el capítulo? Precisamente allí en aquel camarote del barco aún habitable, porque estaba encallado frente al mar, en ese dique seco donde fueron a parar en una tormenta sus dos protagonistas, donde conversaban Louis y Paula... No quise darles otros nombres a estos personajes, porque con los nuestros encajaban en su historia. Éramos iguales, pensaban lo mismo y sus vidas eran parecidas. Si te cansas de escucharme me aprietas la mano y lo entenderé. Antes lo hacías.
...
“Louis, de aquella noche de tempestad nos alejamos todos. Unas veces porque nos agota el temor de ser lo que no fuimos y, otras, ser parte temeraria de lo que improvisa la necesidad, sintiendo la caricia perdida, la composición de un recuerdo, la ilusión en cada paso sin conocer a ciencia cierta el camino, aunque lo hayamos repetido miles de veces. Todo puede ser una nada o un vacío que argumenta una quimera, pero de los sueños nos hemos colgado casi todos. Hace falta un trueno para desprendernos de ese pavor que nos ofrece ser parte de una realidad que no nos gusta y, despedazados por ello, afrontar las lágrimas vencidos o quedar flotando en otro espacio interior de una vez y para siempre. Ser como cadáveres en vida, como cuando se tiene el Alzheimer .

Louis, es como cuando la tía Gregoria tu hermana se fue alejando de nosotros y ya no la recobramos a sus setenta años, como tú ahora... -¡Era tan guapa!- Recuerdo su mirada que sin vernos estaba siempre fija en un solo punto, apenas parpadeaba... y un día dejo de sonreírnos y mirarnos, no nos reconocía y nos miraba como a unos extraños. Recuerdo también cómo reaccionamos los familiares, unos con llanto impotente y otros no quisieron volver a verla así de esa manera, nunca pude entenderlo, ahora les comprendería”.
“Me preguntaba también lo que podría ver ella allí sentada frente al ventanal del corredor siempre que íbamos a visitarla, y desviaba mis ojos hacia ese lugar que parecía fascinarle. Por entonces cuando la dejamos, impedidos por nuestros trabajos por no poder hacernos cargo de ella, la estación primaveral era preciosa en aquella entrada al hospital por la larga avenida de alisos se desbordaba de flores. Había patos y pavos reales, alguno que otro corzo merodeaba comiéndose las flores. Saltaban desde el bosque la valla que separaba el jardín y se acercaban al estanque; algunos visitantes les tenían malacostumbrados dándoles los restos de fruta o bocadillos. Aún recuerdo a las enfermeras que entraron para llevársela a dar su paseo y nosotros fuimos quienes se lo dimos llevándola hasta el jardín en su silla de ruedas. Nos apetecía pasar toda la tarde con ella. Quisimos que estuviese contenta mirando más de cerca las flores y los corzos y la dejamos a la sombra de un arce, frente al estanque y, nosotros, nos abrazamos sin decirnos nada mirándola como sonreía por primera vez desde que había dejado de hacerlo unos meses antes, pero sabíamos que en cualquier momento de nuestras vidas sucedería poco a poco esta despedida en la nuestra, no te lo dije entonces pero tuve miedo. Tú también lo tenías por eso me apretabas tan fuerte contra ti, suspirabas como un sollozo y pude ver como tus ojos se llenaban de lágrimas. Aquella noche de vuelta a casa no nos dijimos nada, nos apetecía hacer el amor pero de otra forma que deseábamos. No sé por qué lloramos antes mientras nos acariciábamos, quizás tú intuías lo que podría pasarte y yo también, siempre había deseado tener un hijo, lo sabías... No pensamos en hacer algo por ‘perpetuarnos’ con ese egoísmo propio del que piensa que, por tener un hijo, un ser más para el mundo, es porque el es como un reemplazo de sus vidas, sólo porque le damos un nombre... un apellido... Y no, no es así Louis, porque el nuestro lo deseábamos, eras tú el que no querías tenerlo. Ahora sabemos por qué, bueno, lo sé... como entonces".
 “Tía Gregoria murió cinco semanas después cuando sabíamos que íbamos a tener a nuestro único hijo. Eras tú mucho mayor que yo y creías que nunca podrías engendrarle, que no tenías derecho, que tu tiempo de atenciones y cuidados se había pasado y que sería duro hacerse cargo de su educación hasta que fuese un adolescente; pero entre tú y yo hemos hecho lo correcto, pudimos verle avanzar y terminar sus estudios superiores; nos sentimos muy felices y orgullosos, nunca le dijiste no a nada que él te planteara como positivo a su vida. Conocimos a Eddy su novia y nuestro primer nieto antes de que se casaran y él terminase sus estudios, quería que fueses abuelo, que tuvieses esa hermosa experiencia; ahora no les tenemos pero vienen de viaje para vernos de nuevo. Sé por qué no deseabas tener un hijo. Antes fue tu madre, después tía Gregoria y eso que me decías no lo olvido: “Están como en esa bruma donde el espanto de no ser nadie conocido, les clava los ojos en su nada y van cambiando la forma de su mirada, pero no saben qué les espanta.”- Esto me decías al ver a tu padre madre y después a la tía, y te angustiabas. ¡Y, Louis, no quiero repetir tus mismas palabras, me niego a ello, lucho por evitarlo, quiero que las cosas sean casi normales y que tú vuelvas de la maldita bruma!”
“Creía que estas cosas del vivir no es que nos enajenen, es que estamos sujetos a la vida, atados al devenir de sus circunstancias y debemos aceptarlas como llegan, pero debemos prepararnos antes y eso hicimos; hablamos tantas veces sobre ello que tú terminabas por enfadarte y te ibas a dar un paseo por el muelle para despejarte un rato. Yo me quedaba llorando porque sabía que en cualquier momento te perdería, pero no querías que te acompañase. Habían comenzado los síntomas y los tratamientos no evitaban que fueras poco a poco perdiendo la memoria, hasta que un día tuve que buscarte por el muelle, y te encontré en el embarcadero del otro lado del puerto. Estaba muy asustada, pensaba que te podrías suicidar al no aguantar lo que te esperaba. Anochecía y no tenías nada que ponerte encima cuando saliste de casa, así que salí a buscarte rogándole a Dios encontrarte para no pedir ayuda; preferí no llamar a la policía o mi familia, porque eso te pondría muy nervioso y te daba vergüenza, saberte tan desvalido. Estuve buscándote casi una hora hasta que te vi sentado entre un montón de redes, mirabas los últimos rayos de sol y las gaviotas que aún seguían volando por encima de las barcas de pesca. No te percataste de mi llegada, tampoco hiciste ningún gesto al ponerte por encima la prenda de abrigo que te llevaba. Me senté a tu lado y te cogí las manos como siempre, entonces fue cuando reaccionaste y me regalaste tu sonrisa.. ¡oh Dios mío cuánto la añoro! Me dio mucha alegría cuando después de un rato apretaste mis manos, rodeándome con tus brazos y nos besamos. No te dije nada pero estaba temblando ante este futuro, este de ahora y nos levantamos para volvernos a casa. La brisa del mar cada vez se hacía más fresca. Creo que desde entonces, ya no fuiste nunca consciente de lo ocurrido y cada vez más se repetían estos cuadros en diferentes situaciones, tuvo que venir nuestro hijo para solucionar el problema y buscar un lugar, donde pudiesen atenderte con dignidad, donde te cuidasen como queríamos y yo pudiese verte todos los días. Ahora, Louis, no sé si me escuchas, si entiendes lo que te digo, pero por eso que nos contábamos ante esta posibilidad de pasar lo inevitable, estás aquí pero no estás solo y sí conmigo cada día, hasta que oscurece y te quedas dormido; aunque no sé si ya lo estás de alguna forma porque tampoco sé si me escuchas.”


Recuerdo que una vez escribiste esto en una de mis cuartillas:
“Amor, así quizás sepamos de nuestro mundo yuxtapuesto, y estemos menos vivos para otros, los que se hacen cargo de estas muertes espirituales donde la energía se va terminando, se va yendo de su materia; pero posiblemente sus síntomas nos hagan más cómodos, menos conscientes del sufrimientos ajeno de los que nos quieren y están sanos. Olvidados reconocernos en nosotros mismos las propias torpezas y lo que nos pasa, la vida enciende la luz en otros donde mora aún el encefalograma crítico y no lo saben; se entienden que nos deja un hálito de miseria muda sin el dolor físico que es aterrador, cuando es sólo conciencia en los vivos, los que nos observan cada día, como yo lo hago contigo. Porque es este estado menos doloroso cuando el recuerdo va extirpando de nuestro ser sus luces. Entonces, mirando de nuevo hacia nosotros, allí dentro, nuevamente se pliega el cuerpo en su cápsula vegetativa, siendo inconscientes de ello para sentirnos mejor ante el mundo al que ya no pertenecemos y, cómodos en la simbiosis escéptica, donde la emoción y la energía no existen, pues se está sumido para siempre en un letargo sin vuelta. Nos vamos descomponiendo y nuestro pobre cerebro no resiste, ya no es reflejo y sol de nuestro pequeño universo interior. Sin pensamientos e ideas y la necesidad de no ser, le excluye de la pútrida materia de todo deseo humano.” - Es una muerte en vida, tú mismo me lo decías.

...
“Louis, me exilié de tu recuerdo cuando no podía depender ya de ti, si no me hablabas. Me bebí el silencio persuasivo, única retórica del eco que pudo matar esta osadía, para encerrarme dentro de otra forma, entre todas las conjugaciones esdrújulas: substrayéndome, castigándome, alejándome del mundo de los vivos y lo hice por ti, ¡anulándome! Te liberaba de mi agonía de verte cada vez más lejano, pero era evidente que dejabas una brecha sin luz en tu camino y yo, me perdía en otro abismo para no hallarte y menos encontrarme; pero aprendí a quererte siendo más joven que tú, para que te sintieras feliz de sentir que tenías una mujer hermosa a tu lado, sin importarme que eras bastante mayor cuando te conocí. Necesitaba protección y cariño, luego supe que el verdadero amor es este, tal como lo siento y seguiré sintiéndole.”
... Siento tu mano muy fría, amor...
-¡Louis, Louis, por favor, mírame, no, no me dejes por favor te necesito, no me hagas esto, ahora no amor, ahora no, no quiero esta soledad sin ti! ¡Abre los ojos, mírame, siento que tus manos están heladas! Escucha, dime cómo termino el capítulo, sólo me quedaba este último y debería terminarlo, pero ahora no tengo más que leerte, pero escucha esta última parte que pienso escribir esta noche con mis lágrimas:
- Tú, acostumbrado a saber mucho más que yo la teoría práctica del rechazo absoluto, en esa vana sociedad donde has podido desenvolverte por tu trabajo y, yo, alumna sin ventaja, aprendiza de tristezas y realidades que sé por intuición o porque mi percepción es fruto natural, un regalo que se me ofrece siempre -y ¡bien sabe Dios por qué!- Pero supe ganarme mi diploma aún a pesar de otros desprecios, banalidades del mundo éste, donde aún estoy y debo hallarte de nuevo en un reflejo. Aún me pregunto si me utilizó un absurdo destino, para enseñarme de nuevo otras lecciones para almas limitadas como a una pobre párvula. He comprendido que en este solitario vuelo con desventaja, puedo ser halcón y paloma al mismo tiempo, pero no el huracán que nos arrastra y barre por completo. Ahora sé que debo retirarme para siempre de tu vida, porque sin sentir tu amor y ya sin ti, yo, también he muerto. Hace dos meses cuando te dejamos aquí aún me hablabas y no olvido lo que me decías por entonces: “Por qué has venido Paula, ya sabes que es mejor que atiendas tu vida, eres joven aún pues ya la mía se deshace en este lugar sin poder hacer nada. Me duele que me veas así. Puede que dentro de un rato no me enteré que estás, que te has ido o quién soy, y la maldita bruma me haga totalmente suyo y olvide para siempre, es como un pacto con la nada; no seré consciente de lo que aún soy ahora. Seré nada, me está sucediendo y nada también podrá cambiar esta situación." ...
-Louis, la maldita bruma te lleva, me arrastrará con ella si no estás, me llenabas toda, ¿dónde dejaré mi amor ahora, y cómo seguiré escribiendo sin encontrar quién me escucha con todo el amor que me dabas?



®Elisa Lattke
Sobre el tema que habéis leído:

CORTOMETRAJE- "LA CITA"

4/5/10

De: "Los sueños de una rana''



Por el acosado reino de los pensamientos desfilan las ideas dentro de la memoria. Van cargadas de signos de letras, que escribirán poemas solitarios. Y en la caricia de algún resplandor remoto, retozan las pupilas de los duendes sospechando sobre la conciencia de las sombras. Saben lo que han arrebatado a una rana azul. 
Las dudas son las ráfagas de la envidia. Y consiguen su efecto cuando temen que alguien vaya por delante de ellas. Se camuflan como sea para conseguir sus sueños. La rana siempre las miraba desde su charca, pues al pasar, la oscuridad no dejaba ver la luz del sol y la pobre rana se moría de pena.
He contemplado el huidizo movimiento habitante del silencio, esconderse en el bosque de mi imaginación. Y por la oscuridad de la conciencia del agua, reposa el limo entre guijarros, dejando que el llanto de la luna riegue de amor la charca y, se convierta en gemas que descienden lentamente hasta el fondo del agua, donde se refleja sus rayos, hasta depositarse dentro del corazón de la charca.

Lo casi humano de una rana tropieza en el fango de las culpas, donde la corriente humedece las orillas, donde crece entre lotos la esperanza de los juncos, floreciendo recuerdos en las cabezuelas verdosas de sus tallos, que se entregan a sus pausadas horas, ondeando a la orilla con  el viento. Las mariposas besan sus flexibles rizomas posándose un instante por sus flores, parece que se toman un descanso en cada vuelo, mientras liban pensamientos enseñando su incomparable movimiento en las alas, con su belleza de múltiples colores. Una libélula sin temor alguno, se ha posado sobre el lomo de la rana, que no osa hacer ningún movimiento y sonríe al insecto. Sus irisaciones se reflejan en la charca en un acompasado movimiento de arrullo con sus alas, mientras murmullan una canción a la ranita. Saben que está triste.

Un remolino en el agua danza hacia dentro en cada giro, como haciéndole ojos al río. El gesto del aire se acerca deslumbrado por los versos que espera, pero la rana sigue pensativa encima de su nenúfar, parece que piensa o duerme. La libélula sí se ha quedado dormida sobre su lomo, seguramente ambas sueñan cuando eran de otros mundos... No se siente el viento pero la memoria del bosque deja caer las hojas oxidadas. Parpadean las ideas sus inquietudes, y se levantan círculos de rumores sobre la superficie del agua.

Allá en medio de la charca donde palpita un corazón, se ha depositado la niebla para descansar, extendiéndose suavemente a lo largo de las orillas como un encaje de blonda. Sólo un hoja ha rasgado el aire mientras caía. La rana sigue durmiendo, está muy cansada de croar. El viento ha venido descalzo y de puntillas, haciéndose a su lado. SE le ve apesadumbrado, se siente culpable, sabe que ella no resistirá mucho tiempo, sabe que no pudo ver claro sus sentimientos y que se muere poco a poco de amor. Sabe lo que reflejaban sus ojos zafiros; pero tampoco pudo ver dentro la inocencia, que era un depósito lleno de verdades donde ya el no podrá penetrar, ya no sabrá qué le ocurrirá mañana. Soplo y sopló, mató al mensajero del bosque. Un duende se ha acercado y ha arropado a la rana con chal de buganvilias rojas; el otro le ha dado una patada al viento en la espinilla para que se retire.



A. Elisa Lattke V.

10/4/10

Mi ciudad de mar

*Foto: Cartagena de Indias ( Col.)

Yo, el mar, la encontré…
Aquella ciudad-mujer, era una aparición maravillosa, con su cabello recogido sobre el hombre por un lado y su sonrisa de madreperla. Con su mirada de luz y de amarillo arrebol. Sus parpados semicerrados, dejaban ver dentro el horizonte soleado de sus pupilas. Insinuante, coqueta, maravillosamente bella. Atractiva como un verano cálido se insinuaba y se ofrecía, tendida sobre el lecho de arena de mis playas, enseñando su desnudez otoñal.              



Te he visto crecer a mi lado y ya sabía que eras mía. Aparecías como milagro en la ensenada para mi boca sedienta. Sed de urbe para mi fuego. Sabes que te poseo y acudo generoso a cubrir tu ansiedad, entre oleaje y oleajes de abrazos, caricias y rumores; con mis dedos de espuma que se introducen en tu... playa, lamiéndote toda..., toda. Comiendo un poco de ti a cada instante, excitado por tu belleza y lozana quietud que te acompaña. Y no importa que me veas embravecido y levante mis brazos para sentirte mía. Te baño toda de mí y, otras veces, calmado, te dejo delicadamente la ondulación de mis dedos de agua sobre la piel desnuda; llenándote todos los pliegues de su textura, dándote placer y vida, con suaves movimientos, tiernos manoseos por tus turgentes senos, vientre y sexo... Empujando, empujando mis olas sin cesar... y te abres en ensenada, moldeando la curva donde retoza mi realidad cada día. Sin dejar de mirarme desde tus bellísimos ojos y, desde la orilla les veo siempre semicerrados, entre largas pestañas de brumas y cálidos suspiros; me deseas  y  siento como clavas  en mi espalda las uñas de tus dedos penetrando en mí, hasta volcarte sobre mí erecta realidad a punto de surtidor y dicha contenida... ¡Oh de mi fragor ensordecedor cuando te amo!

¡Oh, mi ciudad de mar! Eres mi necesidad que se mezcla con agua y arena y, cada día los dos, nos quedamos llenos de vida extenuados, dándonos el uno al otro lo que nos falta... ¡Tú, ciudad-mujer sin nombre conocido que puede ser cualquiera de mis leales amantes; hendidura que me penetra en tu tierra, ribera donde anclan mis ansiedades siempre ofreciéndote todo lo que tengo. Siendo para ti el paisaje que te adorna las tardes esplendidas de fulgurantes soles, cuyo crepúsculo se extiende más allá de tus largas e imponderables piernas de riberas, donde me orillo haciéndome oleaje de gemidos. 



Mi vida es tuya como tarde de otoño que te besa, ¡como no sentir el palpitar cuando se ama mar que rodea, abraza y acaricia con cantos de gaviotas y sirenas, de barcas que vuelven a tu puerto. Eres mi incansable amante, deseosa de ser poseída. Y yo, como viajero del amor en todas las costas que beso, necesito que sientas necesidad de mí, que tu sexo se llene de humedad con mi oleaje batiendo tu ensenada, meciendo tus entrañas cada día, que sepas que estoy allí vigilante y que soy dueña y tú mía; hecho de pasión contenida y espasmos de felicidad, cuando me sientes tan tuyo y por eso los hijos de tus hijos serán también los míos. 

Tú, eres como todo cuenco que espera, bahía de cualquier ciudad que se rinde al hechizo del mar que baña sus costas, rendida a mis pies y siempre acariciada.





Elisa


(Dedicado a todas las ciudades costeras del mundo)